¿Veremos a una selección europea levantar la Copa del Mundo fuera de Europa por tercera vez?

Durante gran parte de la historia del Mundial, Europa parecía invencible en su propio territorio y sorprendentemente vulnerable en cualquier otro lugar. No era una superstición, era un hecho. Las selecciones europeas dominaban en Europa, y los equipos sudamericanos gobernaban casi todos los Mundiales disputados fuera de ella.

Ese patrón duró más de 80 años. Hasta que, finalmente, se rompió.

La primera ruptura: España en 2010

Sudáfrica 2010 fue la primera vez que un equipo europeo resolvió el desafío de ganar lejos de casa. España no arrolló rivales, los asfixió. Controló los partidos como si tuviera el tiempo detenido, moviendo la pelota hasta que el rival cedía espacio.

Fue el primer título europeo fuera de Europa, y se sintió como un cambio profundo. España demostró que la técnica y el control podían sobrevivir al calor, la altitud, los viajes y las aficiones desconocidas. No dependieron del entorno. Dependieron de su identidad.

La segunda ruptura: Alemania en 2014

Luego llegó Alemania en Brasil. Ganar un Mundial en Brasil parecía imposible para cualquiera que no fuera Brasil o Argentina. Alemania lo hizo igual. El 7–1 en semifinales todavía se trata como una leyenda, incluso para los aficionados a las apuestas deportivas que quedaron completamente desconcertados. Y no fue lo único. El mensaje real llegó después: Alemania viajó mejor que cualquier selección europea hasta ese momento. Soportó el clima, el ruido, la presión y la geografía.

Su victoria no fue suerte. Fue la confirmación de que el fútbol europeo había cambiado. Los jugadores crecieron en ligas multinacionales. Los entrenadores tomaron ideas de todas partes. El fútbol europeo se volvió exportable.

Y ahora la pregunta para 2026 es muy simple:

¿Puede Europa hacerlo otra vez? ¿Veremos a una selección europea levantar la Copa del Mundo fuera de Europa por tercera vez?

Para responder, hay que mirar a los equipos.

Francia: el rival que nadie quiere enfrentar

Francia tiene la plantilla más profunda del mundo. Incluso cuando faltan jugadores clave, aparece otro igual de peligroso. Ya demostraron que pueden llegar lejos fuera de Europa: finalistas en Qatar, campeones en Rusia.

Tienen un mediocampo sólido, velocidad por todos lados y un sistema que funciona incluso cuando rotan medio equipo.

Si hubiera que elegir a un equipo europeo para ganar un Mundial en Norteamérica, Francia sería el primero de la lista.

Inglaterra: nunca tuvieron un techo tan alto

Durante décadas, Inglaterra viajaba mal. Ruidosa en casa, silenciosa fuera. Pero esta generación es distinta. Joven, técnica, acostumbrada a la presión de la Champions y mucho más tranquila de lo que dicta el viejo estereotipo.

En su mejor versión, Inglaterra puede ganarle a cualquiera. El problema es la consistencia. Semifinal en 2018, final en 2021, y luego tropiezos. Pero la materia prima está ahí: un gran portero, un mediocampo completo y una delantera profunda.

Si llegan estables mentalmente, Inglaterra puede ser perfectamente el tercer campeón europeo fuera del continente.

Alemania: reconstrucción con impulso peligroso

Lo peor ya pasó para Alemania. Su nueva generación juega más rápido, más vertical y mucho más moderna que la etapa posterior al 2014. La reconstrucción no fue ruidosa, pero sí efectiva.

Además, es la única selección europea hoy que sabe exactamente lo que se siente ganar un Mundial lejos de casa. Eso importa. Alemania entiende los torneos mejor que casi nadie.

España: brillante y madura

España parece lista para volver a luchar por el título después de algunos torneos frustrantes. Como vigente campeona de Europa, llega con experiencia, equilibrio y un grupo de jugadores jóvenes que pueden dominar el fútbol mundial durante muchos años.

Su estilo evolucionó más allá del antiguo tiki-taka, volviéndose más directo, más agresivo y más flexible.

Las europeas “outsider”

Portugal tiene talento, pero no equilibrio. Países Bajos siempre se queda a un paso en el momento decisivo. Bélgica pasó su punto máximo. Croacia quizá haya cerrado su ciclo dorado.

Pueden dar sorpresas, pero ganar el Mundial es otra historia.

Entonces… ¿volverá Europa a ganar un Mundial lejos de casa?

La historia dice que es raro. El fútbol moderno dice que es totalmente posible.

Las selecciones europeas ya no se derriten fuera de Europa. Viajan con plantillas formadas en vestuarios multiculturales. Juegan estilos que sobreviven a cualquier clima. Rotan más, se recuperan mejor y analizan más que cualquier generación anterior.

Francia, Inglaterra y Alemania tienen nivel suficiente para ganar en el formato Estados Unidos–México–Canadá. España, si llega en un buen mes, también puede meterse en la pelea. Si Europa vuelve a levantar el trofeo, no sería una sorpresa. Sería la continuación de un cambio que empezó en Johannesburgo, explotó en Río y ahora demuestra que el fútbol europeo ya no domina solo en casa. Domina en todas partes.